Un bucle en el que el reto es averiguar si hay historia o no la hay.

Para muchos se trata de una obra de arte, para otros es una locura, para bastantes es una tomadura de pelo. Lo cierto es que no es una película que te deje indiferente y acaba posicionando al espectador entre los acérrimos de Lynch, bien sea entre los admiradores o entre los detractores.
Si no la has visto aún, yo mismo lo hice hace relativamente poco, te aviso que para entenderla en su totalidad, si ello es posible, hay que verla varias veces. La primera es la prueba de fuego. Muchos no la resisten y abandonan a mitad de la historia, aunque esta pérdida de espectadores queda compensada por los que la hemos visto varias veces.
Después de una profunda reflexión, este ejercicio repetitivo te hace contemplar la película con placer, cosa que en un principio puede parecer imposible. Pero es que el hecho de haber comprendido la historia te produce una sensación de superación semejante a la que puedes obtener por ejemplo al resolver un complicado crucigrama.
Y es que Lynch, en medio de un galimatías aparentemente descabellado, nos va proporcionando una serie de símbolos y pistas sutiles que al final nos ayudan a dar sentido a lo que hemos visto.
Te advierto que, como la película viene sin libro de instrucciones, a la hora de encontrar e interpretar esas pistas cada uno demuestra muy distintas habilidades, en ocasiones con exceso de celo. Es decir, que creo que mucha gente se pasa a la hora de adjudicar un valor simbólico a las imágenes. Por ello, el abanico de interpretaciones “correctas” que se pueden obtener de la película es tremendamente variopinto.
Espero que eso no te arredre a la hora de dar rienda suelta a las capacidades especulativas de tu imaginación. Entre otras cosas estoy convencido de que es lo que Lynch pretende y cualquier interpretación a la que tú hayas llegado, por original que sea, es tan válida como las demás.
El argumento de la película se centra en la historia de Fred Madison (Bill Pullman), un músico de jazz casado con Renee (Patricia Arquette), con quien su vida sexual no funciona del todo bien. Ambos se muestran fríos y distantes. Fred está celoso de su esposa y desconfía de ella, de hecho la única manera en la que parece descargar su pasión es tocando el saxo.
Un día empiezan a recibir unas misteriosas cintas de vídeo en las que se les ve a ellos dentro de casa, incluso en una de ellas se ve a Renee muerta y a Fred a su lado. Esta escena parece cumplirse y Fred es apresado y condenado por el asesinato de su mujer. Pero estando en la cárcel desaparece misteriosamente de la celda, apareciendo en su lugar otra persona, Pete (Balthazar Getty), que no recuerda cómo ha llegado allí y tampoco nadie se lo explica.
Aparentemente a partir de aquí la cosa se empieza a liar bastante. Digo aparentemente porque la cosa ya estaba bastante liada pero no lo sabíamos.
Lo que sigue a continuación es mi interpretación de la historia, una de las tantas que podrás encontrar en internet, pero probablemente la única correcta (es broma). He descuidado conscientemente aspectos como la excelente banda sonora y la sorprendente construcción de los personajes, típica de toda la filmografía de Lynch. Sobre eso ya hay mucho material publicado. Yo me he centrado exclusivamente en el aspecto psicológico, intentando desenmarañar un poco el contenido y aclarar algunos conceptos.
Si no has visto aún la película no sigas leyendo. Es conveniente que la veas y saques tus propias conclusiones. Intentar la interpretación de "Carretera perdida" es un ejercicio intelectual altamente recomendable.
Si queremos sacar algo en claro de la película tenemos que partir de la base de que la historia está contada en primera persona. Lo que contemplamos es la perspectiva de Fred, pero lo que se nos va revelando poco a poco es que su visión de la realidad está alterada y precisamente esa visión es la que Lynch nos traspasa, creando en nosotros una confusión semejante a la que vive su protagonista.
No nos lo han dicho pero por sus síntomas deducimos que Fred padece esquizofrenia (ver criterios diagnósticos según el DSM IV) y de una manera similar a lo que comentamos de Cronenberg en Spider, Lynch nos hace vivir la historia como la experimenta su protagonista.
Si contemplando la película te has sentido desorientado por no entender lo que pasa, frustrado por no poder remediarlo, molesto o quizás enfadado porque te están ocultando los datos que necesitas para comprenderlo todo, si has querido levantarte y salir del cine para escapar a esa vivencia que te oprime… ¡enhorabuena! ya sabes lo que es la esquizofrenia y felicidades señor Lynch, ha conseguido lo que pretendía.
¿Y qué es lo que pretendía?, pues ya metido en la marea especulativa, creo que es obvio que no se trataba de explicar una historia en concreto, si fuese así hubiese empleado otros recursos narrativos o nos hubiese proporcionado más pistas, más claras. Creo que Lynch sabía que sólo una minoría de los espectadores iban a conseguir aproximarse a alguna de las posibles explicaciones válidas, pero que eso no le importaba. Él sabía que pocos iban a entender su historia pero que prácticamente todos iban a experimentar las sensaciones que pretendía trasmitir. Ese es el verdadero mensaje de la película.
Intentando poner las cosas en claro hemos de admitir que Pete es el "álter ego" de Fred y que Alice representa el oscuro pasado de Renee en el que mantuvo una turbia relación con el mafioso Mr. Eddy - Dick Laurent (Robert Loggia) y con el amigo de ambos, Andy (Michael Massee).
Pero la historia que hemos visto no es real, es fruto de la imaginación de Fred, que no mató a Renee. Es una fantasía o mejor dicho una alucinación. Los celos le hacen jugar con la idea de matar a su esposa y mediante su alter ego, Pete, matar también a Andy, culpable de que su mujer se descarriase, y sobre todo al amante de ella, Mr. Eddy, no sin antes haberse vengado de él, poniendole los cuernos como Dick Laurent se los había puesto a él.
Así, ni los asesinatos, ni su encarcelamiento son ciertos, son fruto de la mente de Fred, un recurso para llevar a cabo una venganza que él vive como real, castigándose para aliviar su complejo de culpa.
Los vídeos evidentemente tampoco son reales. Es la manera en que su mente le muestra una serie de mensajes con el fin de dirigir su conducta y que se complementan con las apariciones del misterioso señor pálido (Robert Blake), nuevamente fruto de su imaginación y también elemento director de sus acciones.
Pero hay gente que opina que no todo es una alucinación, que los asesinatos ocurrieron de verdad y que lo que hemos visto es la justificación de los mismos elaborada por la mente de un loco. Yo persisto en mi idea y creo que lo que la película nos presenta es un sueño vívido. Un bucle de la mente de Fred que ocurre entre el principio y el final de la historia. Cuando recibe una llamada en el telefonillo de la puerta diciendo que "Dick Laurent ha muerto" y cuando, perseguido por la policía, se para ante su puerta para decirse a sí mismo ese mensaje.
El hecho de que la historia se inicie y termine en el mismo momento ya te indica que la secuencia temporal es imaginada.
Claro está que se puede discrepar de mi interpretación y hay que tener en cuenta que Lynch no tiene por qué haber sido escrupulosamente estricto reflejando la sintomatología del personaje, por lo que efectuar un análisis psicológico de Carretera perdida es algo tremendamente complicado y obviamente intuitivo.
Cualquier interpretación alternativa será bien recibida como comentario, pero ten en cuenta que David Lynch es como un pintor impresionista, que en su obra juega con las sensaciones que produce y más que plasmar una realidad, intenta sugerir unas ideas que cada espectador es libre de interpretar en función de su conocimiento, sus creencias y su estado de ánimo.
Intentar encontrar la explicación de sus películas en muchas ocasiones es una tarea vana y que debe de despertar la hilaridad del propio Lynch. No tienen explicación o, mejor dicho, no tienen una única explicación. Si tú se la encuentras y te satisface, esa es la explicación correcta, para ti, pero puede que para nadie más. Si no le encuentras ninguna, pero has experimentado sensaciones al verlas, también se han cumplido los propósitos del director y más aún si luego te animas a discutir sobre ello.
¡Felicidades señor Lynch!. A la vista está que a pesar de los años, todos sus objetivos se siguen cumpliendo.
Saludos,