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miércoles, 27 de agosto de 2008

LA NARANJA MECÁNICA

En la última película que comenté me puse muy académico, pero es que el tema se prestaba. Veré si con la de hoy lo remedio.

La naranja mecánica, es quizás la obra más polémica de Stanley Kubrick. Basada en una novela del mismo título de Anthony Burgess, se estrenó en Estados Unidos en 1972 y a España no llegó hasta 1975, año en la que yo la vi por primera vez.

Me impactó todo, la historia, la violencia, las imágenes y su estética, la música (principalmente la de Walter Carlos, ahora Wendy Carlos), el lenguaje… En definitiva, la manera que tiene Kubrick de jugar con la cámara y la historia.

La novela de Burgess es ya de por sí complicada. Parece que está inspirada en un hecho que sufrió muy de cerca, la violación de su propia esposa por unos soldados durante la Segunda Guerra Mundial.



El título también parece que es simbólico, puesto que “ourang” en Malasia, donde vivió el autor por un tiempo, significa “persona”, así que la traducción del título “A colckwork orange” podría querer decir “La persona mecánica”, es decir la que actúa movido por resortes (ambientales) y no por su propia voluntad. Muy skinneriano ¿verdad?.




ARGUMENTO

La película la protagoniza el actor inglés Malcolm McDowell, que en uno de sus mejores papeles da vida a Alex, el líder de una pandilla de gamberros, extremadamente violento y obsesionado con la música de Beethoven.


Después de una de sus fechorías es traicionado por sus compañeros y detenido por la policía. En la cárcel se somete voluntariamente a un tratamiento de rehabilitación que concluye con aparente éxito, saliendo en libertad, pero a partir de ahí dejará de ser dueño de sus actos y será llevado de un sitio a otro por los acontecimientos que le harán enfrentarse con su vida anterior y saldar unas cuantas cuentas pendientes.


La película nos lleva a meditar sobre el hecho de la maldad.

Alex ¿es malo de por sí, o son las circunstancias que le llevan a serlo?.

¿Es más malo él o los que intentan modificar su conducta antisocial mediante un tratamiento polémico?. Tratamiento del que hablaré seguidamente.

Es peor él o los políticos que primero se ponen medallas por su curación y luego por su vuelta a la “normalidad”, es decir por el proceso contrario.

Así podríamos seguir constantemente, hasta llegar a la conclusión de que algo falla en la sociedad.


En fin, que hay mucho para “comerse el coco” y no quiero ser exhaustivo, pero para mí lo más importante desde el punto de vista psicológico son los cambios que se dan en la personalidad de Alex, que primero es dueño de sus actos, aunque sean antisociales, y luego se convierte en una marioneta a la que los acontecimientos llevan de un sitio a otro.

Quizás el primero de esos acontecimientos y en el que nos fijamos todos los psicólogos, sea “El Tratamiento Ludovico” al que se somete al protagonista, un Condicionamiento Clásico al más puro estilo pavloviano.

A Alex le suministran una sustancia emética que le produce nauseas. Le hacen ver al mismo tiempo imágenes agradables para él, palizas, violaciones, escenas de guerra… Y todo con una banda sonora también agradable para él, obras de “Ludwig van”.


Al cabo de poco tiempo se produce la asociación entre las escenas y la música que antes le gustaban con las terribles nauseas. Es decir, convierten un estímulo apetitivo en uno aversivo.

Lo dicho, un condicionamiento “de libro”.


Otra cosa curiosa es la jerga que emplean los pandilleros, el “Nadsat” una mezcla muy particular de palabras de origen ruso con otras que inventó el propio Burgess y que hablan Alex y sus colegas (“drugos”). Más ejemplos se pueden encontrar en el Glosario Nadsat-Español.

Existen otros antecedentes de lenguajes inventados, se me ocurren ahora las lenguas élficas (las más populares son el Sindarin y el Quenya) creadas por Tolkien y empleadas en El Señor de los Anillos o el Idioma Klingon que Marc Okrand creó para la película Star Trek (¿se nota que me gusta la ciencia ficción?).



Y hablando de ciencia ficción, en esta película Kubrick nos permite ver la cara del actor David Prowse. "¿Y quién es ese señor?" preguntaréis algunos, porque otros, los más aficionados a las curiosidades cinematográficas, ya sabéis que es el actor que daba vida a Darth Vader en la trilogía de Star Wars. Súper famoso, pero nadie sabía quién estaba debajo del disfraz.

Aquí Prowse actúa en el papel de Julian, el guardaespaldas forzudo del escritor que acoge a Alex, hasta que al oirle cantar se da cuenta de que es el que violó a su mujer. Videa la siny, drugo:


Hace tiempo, cuando ocurrió la violación, dicho escritor y su mujer se encontraban en su casa en el campo y él escribía una novela que se llamaría "A clockwork orange".

Si quieres que te avisen cuando emitan La naranja mecánica por televisión, pulsa este enlace.

Saludos,




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3 comentarios:

  1. Quizás sea más conveniente leer el libro. El autor aclara que la pelicula se basó en la adaptación norteamericana de la novela y eliminó el capitulo 21 (capitulo final para la adaptación europea). Ese capitulo, creo yo, es esencial para comprender el proceso psicológico que atraviesa el personaje...Con 18 años, comprende que su juventud quedó atrás, y que es tiempo de buscar una mujer y formar una familia. Creo que el autor habla de un proceso de maduración del ser humano. Muy interesante tu articulo. Sdos. M. Eugenia

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  2. Muy buena reseña. Tan solo añadiría la idea que se menciona en el libro y la película de que la violencia solo genera más violencia. Eso muestra la hipocresía de las autoridades,pues ellos mismo actúan violentamente hacia Alex. Sin embargo, creo que también muestran un mensaje anti-violencia, pese a la crudeza de la historia.

    Gracias por esta aportación!

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